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V.I.L.O. 0
SAVIO F.C. 0

Quedan cuatro finales

Hay un grupo de jugadores que sabe muy bien que los cuatro lances que le quedan
no serán tan sencillos y que allí deberá reaparecer el SAVIO que sume brillo a la eficiencia
para acertar con los cuatro saltos, con las cuatro finales que le faltan hacia la gloria

La presencia de la primera fecha, el tiki tiki de la cuarta y el regocijo que sintió el equipo
en la séptima y en la décima fecha llenó de euforia a los pibes, reavivó la memoria de lo grandes,
y pobló la tribuna de Pasteleros de familia con ganas de aplaudir. Pero todavía no se ganó nada…

Los abanderados del talento asociado, las musas inspiradoras de este SAVIO F.C.
vistoso y contundente, tuvieron por fin un partido en el que, literalmente,
el equipo no pudo contar con ellos. Absorbidos por la marca, nublados por la ansiedad,
jamás fluyó en ellos la sensibilidad justa: a veces hacían una de menos,
intentando saltear pasos en la elaboración de la jugada, y otras una de más,
ese chiche innecesario que hace que un ataque quede en la nada.

Para colmo, jugar contra V.I.L.O. significó tener que gambetear varias veces
a un rival para pasarlo, obligó a soportar una presión física dura, continua.
Es un equipo que no da ritmo, no propone otra cosa que el bloqueo y el contragolpe,
y que antes de hacer un lateral recita el Preámbulo de la Constitución,
e atrás para adelante y en jeringoso.

Y si encima los de Lugano jugaron sin el nueve goleador del torneo, sin su capitán
y sin su jugador mas regular de la temporada, entonces el partido tuvo doble peso,
doble dificultad. El equipo no tuvo la virtud de encontrar la luz ante la maraña de piernas del rival
y sus propias debilidades. Buscó otros líderes, otros salvadores. Y no los encontró.

Para confiar en una carta, hay que tener fe. Y SAVIO F.C. la tiene. Seguirá intentando jugar
como lo hizo hasta ahora, que es la formula que lo ubica a cinco puntos de sus perseguidores.
Pero desde el sábado, sabe que solo puede pensar en ganar.
Y para ser campeón, también hay que saber ganar jugando feo.